Pero sobre todo aprendimos lo importante que es saber lo que cuestan las cosas, lo afortunados que somos por tener todo lo necesario y la situación que viven algunas familias en estos momentos de crisis económica.
También descubrimos que, al igual que nuestra fundadora lo hizo hace mucho tiempo, nosotros también podemos poner nuestro granito de arena para construir un mundo más justo.
El viernes todos nuestros amigos y familiares pudieron acudir al Mercadillo solidario y fueron muchos los que lo hicieron. El patio estaba llenito.
¡Muchas gracias a todos por vuestra aportación!
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¡Hagamos que este sea un lugar donde nunca falte la educación y el respeto!